sábado, 16 de noviembre de 2013

DE CORTEGANA A AROCHE - CIRCULAR - 16.11.2013



Llegó y pasó la segunda ruta del curso, sí, cuando por la mañana comenzamos a andar, el día nos parece inmenso, largo, largo, pero la dicha es tanta y tan plena, que la tarde se echa sin darnos cuenta y la diversión y el gozar andando por esas sierras andaluzas, aunque aprovechemos el día e incluso parte de la noche, que para eso están los frontales, se acaba pronto aún con una ruta tan larga y pesada como la realizada, 32 kilómetros de nada, y a sentarnos en algún bareto a recuperar sales perdidas y a comentar las anécdotas vividas en la excursión.

Po bueno, aunque hayamos empezado hoy por el final, debéis saber que no eran las 9:45 horas, cuando mochilas a las espaldas, seis fornidos y verdaderos Falsos Llanos y no como otros que faltan y faltan, María José, Concha, patxi, Miguel, Antonio y el que narra, pues cogíamos el camino que parte desde el polígono industrial El Pontón, a dos kilómetros de Cortegana y siguiendo el ramal sur, poner dirección a El Hurón, antiguo poblado abandonado hoy en día. En principio por un camino perfecto, apto tanto para senderismo como para bicicletas y con el Chanza siempre a nuestra izquierda. 
Algo más adelante, por el barranco de la Peñita, según el 25.000 del IGN, en un rinconcito precioso y verde, nos comimos nuestro segundo desayuno, el primero fue antes de salir de casa a eso de las 7:00 horas… Po bueno, po palante y a coger al poco la desviación hacia la izquierda que  nos internaría en la zona más bonita e interesante de toda la jornada, pisando incluso, un resto del antiguo camino empedrado de unía Almonaster con Aroche, pasando por el Hurón y caer literalmente en los restos de cuatro o cinco hornos de piedra semi-derruidos y los muros de diversas casas también derruidos de lo que fue El Hurón. Aquí bicheamos por los alrededores y hasta localizamos, en la zona de las antiguas huertas, unos buenos ejemplares de granados con sus correspondientes y hermosos frutos, los cuales fueron convenientemente saboreados y algunos transportados durante toda la ruta para realizar un regalito a la parienta…

Bien, y además, pues a subir la primera de las tres pendientes largas y esperadas con las que gozamos los falsos llanos, los auténticos ¡eh! los otros suelen poner pegas, pero hoy nadie dijo esta boca es mía y entre una setita aquí, un esparraguillo allá y una fotito acullá, pues la cuestecita fue superada y de nuevo enlazar con el camino real, que al rato de nuevo con una cuestecita enorme nos metió literalmente de cabeza en Aroche, pueblito lindo y muy completo de esta sierra tan visitada en Otoño. Señalar entre otras la ermita policromada de San Mamés, ciudad romana de Turobriga, iglesia de Ntra Sra de la Asunción de gigantescas dimensiones, castillo almohade, museo arqueológico, museo del rosario, muralla artillera y unos rincones y callejuelas a descubrir inolvidables…

Bien, pues después de degustar un mostito del Condado en un barecito de la plaza central del pueblo, pues continuamos nuestra marcha, ahora por el ramal norte y en dirección a Cortegana, comer en un sitito soleado, seguir andando y andando, llegar a un camino recientemente asfaltado y venga andar y andar, ya casi sin sentido y de nuevo con los frontales puestos llegar a los coches y poner dirección a nuestro pueblito de acogimiento y despedirnos de todas nuestras seguidoras y seguidores hasta la próxima de Falsos Llanos que será a la sierra de Rute, donde entre otras cosas buscaremos dónde comprar el famosísimo anís el Triunfo, aunque de difícil localización y cuyo intenso sabor a matalahúva, según nuestro Patxi, es único.

Sin más y como siempre:


SALUD Y FALSOS LLANOS.



sábado, 9 de noviembre de 2013

PICO CAPILLA Y HUMA - 09.11.2013



No sé por qué, pero me parece que este curso el grupeto extremo de Falsos Llanos, está tan potente que le va a echar el pulso al grupo matriz. Así pues, no eran las 9:45 horas, cuando mochilas a las espaldas, salían del pueblo Valle de Abdalajís, los tres auténticos Falsos Llanos de la semana pasada, el Antonio, el Patxi y el que escribe. Hoy tocaba la sierra de Abdalajís y de la Huma, frente por frente a la crestería del Camorro Alto del pasado Viernes. Así que tomando una callejuela en la parte alta del pueblo y que se dirige a la ermita del Cristo, dejar la misma antes de llegar para comenzar a pisar tierra y piedra por un camino prácticamente destruido por el agua, el tiempo y el descuido humano. La pendiente atroz desde el principio, nos calentó las piernas sin previo aviso y parriba que el día prometía y las metas a conseguir muy duras. Al rato de esquivar moles de piedra caliza y superar una fuerte pendiente, nos asomamos a la vertiente sur, comenzando a ver los magníficos panoramas que nos acompañarían durante todo el trayecto. Por desconocimiento del terreno, un poco antes dejamos una torrentera magnífica, por seguir el camino arruinado que llevábamos, y que posteriormente vimos que hubiera sido factible, si hay alguna próxima vez trocharemos por este punto.
Po bien y además, pues al poco llegar a una de las zonas más disfrutonas del día, el precioso torcalillo de la Capilla, el cual fue correspondientemente pateado, bicheado y fotografiado, por estos tres senderistas o más bien trepa rocas que disfrutan a tope en estos lugares, metiéndose por las grietas más inconcebibles. Nos acordamos del Maxi, el cual el día anterior declinó muy amablemente nuestra invitación a patear y del Migué, prisionero como siempre de sus cuestiones personales… Po bueno, po ellos se lo pierden, nosotros a trepar, a saltar, a marinear, a fotografiar, a buscar huellas de fósiles muy abundantes en la zona, a subir por una pendiente canalla a la cumbre del Capilla, el cual fue colonizado respetuosamente, como siempre, por nuestras estupendas botas y mejores piernas. Tomar un bocado y un trago para reponer, en una maravillosa explanadita que hay en la cumbre, deleitarnos con los cinematográficos paisajes que se divisan desde este espectacular balcón andaluz y pabajo por donde mismo, para conectar con los caminillos de cabras, llenos de pinchosas aulagas y demás plantitas simpáticas, que nos dejarían en la Fuente de la Viuda, a los pies del abandonado cortijo de la Rejanada.
Comentar que en este lugar, existe una pista forestal apta para vehículos, que prácticamente rodea toda la serranía y un cartelillo que anuncia la subida al pico Huma, por una senda, al principio señalizada con algunas pinturillas, pero que al momento se dejan de ver, se pierden y tienes que echar mano de tu intuición o mejor del gps, ya que la razón te dice que por la falda norte del macizo del Huma no es humanamente posible la subida, pero que si el aparatito en cuestión te manda por ahí, pues nosotros obedientes, toparribaduntirón, y que ya nos ayudarán nuestras piernecitas de acero cuando haga falta.


En efecto, después de subir incansablemente por la falda de la montaña, llegamos a un pinarillo de repoblación, con alambrada incluida, la cual dejamos sin saltar???? y enfilando una pendiente extrema, adornada de un canchal de piedras pequeñas, resbaladizas y traicioneras, pues haciendo como el que busca fósiles mirando pabajo, un pasito y otro y otro, hasta llegar a la cresta, que después de un buen paseo, pero de nuevo con vistas espectaculares, nos depositó en el vértice geodésico, o chincheta como le llamamos nosotros.
Aquí sí comimos en regla nuestras vituallas y líquidos reponedores y aunque nos prometimos una mínima siestecilla, al acabar de comer, el viento del norte, comenzó a dejarnos helados y más rápido de lo pensado, cogimos pendiente pabajo, por una ruta en absoluto recomendable, que nos llevó a la zona llamada de las Pedreras, donde decidimos bajar por la escalereta árabe, pateada ya por los Falsos Llanos en nuestra primera subida a la Huma.
Estaban hoy las numerosas vías de escaladas que existen en esta zona, concurridas por multitud de guiris, los cuales unos más apañados que otros-as, hacían sus pinitos o guiripolladas en las paredes, pasándoselo al parecer de escándalo en nuestras rocas y que esperemos se conformen con la que ya nos quitaron en el pasado y no pretendan extenderse por este bellísimo paraje andaluz, que pa gilipollas, la zona está ya repleta…
Bueno, pues nos quedaba tan solo conectar campo a través con el camino que teníamos trazado al principio, a partir de ahí por un camino ancho y apropiado incluso para vehículos, con fuerte pendiente aún, con lo que ya llevábamos encima, con la noche que también se nos echó, con las linternas a tope al final del itinerario y a tope pal pueblito de procedencia a tomarnos unos serranitos exquisitos con sus cervecitas de rigor, hoy al Patxi parecía no apetecerle en exceso el menú, y pa casita a la ducha reponedora y esperando la próxima ruta la semana que viene a la sierra de Aracena, donde realizaremos quizás más kilómetros de la cuenta.

Sin más y como siempre:


SALUD Y FALSOS LLANOS. 



viernes, 1 de noviembre de 2013

CRESTERÍA COMPLETA CAMORRO ALTO Y CERRO ÁGUILA - 01.11.2013



Pues sí, la verdad es que no eran las 10:15 horas, cuando los tres miembros más potentes del grupeto extremo de Falsos Llanos, esto es, el Patxi, el Antonio y el que les narra, mochilas a las espaldas, comenzaban la subida de una potente, camuflada y agradecidísima cordada o crestería, como a nosotros nos gusta llamarle, a los pies de nuestro mejor paisaje kárstico andaluz, nuestra sinfonía de piedras o Torcal de Antequera.
Así pues, con un sol espléndido y una mañana fresca pero algo ventosa, comenzábamos el calienta piernas, por una pista de tierra, hasta la base de nuestra sierra de la Chimenea, momento en el que nos internamos por un caminillo de cabras, atravesando un terreno labrado y enfilar toparriba, campo a través, hasta dar con nuestra cresta. Bueno, a partir de aquí, ya sabéis, a disfrutar saltando, pisando y esquivando piedras, rocas y verdaderas moles a cual más simpática. Dar al poco con un paisaje totalmente torcaliano,  fotos a mogollón, tanto de las rocas como del paisaje a nuestro alrededor, el Pico Capilla y el Huma a tiro de piedra, piquitos que tenemos la intención de coronar ambos en el mismo día prontísimo, equilibrios sobre las rocas, fotos de impacto y hasta grabación in situ, y en total directísimo, de un paso delicado para enseñar a nuestros seguidores y seguidoras y animar a que nadie trate de seguirnos, excepto que sea un auténtico Falso Llano, el Migué y el Maxi, que lo son, están más missing que un zorrito que se nos apareció y desapareció en un plis plas…
Bien, un refresquito en una terracita a modo de balcón inigualable, y palante a seguir pateando rocas, roquitas y rocotas. Al poco, por fin, llegamos a la zona donde acaban varias de las vía ferratas que existen en la zona. Impresionantes tú, pocas veces he pasado un vértigo imaginario, tan real, como al ver los diminutos escaloncitos, en forma de U, hechos con gavilla de construcción y un cablecillo de acero para sujetar el mosquetón. Las paredes, totalmente verticales y posiblemente de más de cincuenta o cien metros de caída, más la pendiente extrema después de la roca, hasta la base de la montaña, y una de las vías, hasta con pendiente extraplomada, como dicen ellos, es decir, cuando tienes que aguantar tu peso con los brazos…. Bueno, con más miedo que otra cosa, fotos a las ferratas, recorrido de algunas de las terracitas donde finalizan las mismas y hasta indicaciones a un par de escaladores que no daban con el inicio de una de las vías. Los tajos y farallones que las rocas hacen en este punto, sencillamente impresionantes y para quedarte sobrecogido y empequeñecido ante tanta belleza y grandiosidad.

A todo esto, el Patxi se nos había escapado toparriba, él solito, mientras el Antonio y yo bicheábamos las vías y teníamos que darle caza, pa que no se emocionara demasiado, que el tío últimamente está que se sale, así que mochilas a las espaldas de nuevo y a seguir trepando y trepando hasta llegar a nuestro vértice geodésico (Camorro Alto: 1378 m) tan ansiado y tan temido a la vez, pues el llegar significa que las emociones se van acabando, pero sí, sí, hasta aquí no somos los primeros que hemos recorrido esta bella dorsalita, no, pero realizar además la bajada por la parte Este, que nosotros sepamos, íbamos a ser los primeros, así que comida en condiciones, cervecitas para reponer líquidos y sales y traguito de vino para seguir produciendo adrenalina, que aún no sabíamos la falta que nos iba a hacer.

De nuevo a seguir sorteando rocas, ahora de bajada, con lo que el castigo a nuestras rodillitas comenzaba un día más, y que siempre que podamos por la arista, po que quién dijo miedo, po que parece que es viable la bajada, que acércate al borde a ver si hay paso o damos un rodeíto, que vaya pedazo de chimeneta gigante y muy abierta, pero con una pendiente atroz, que ya bajo yo, que quillo, que toma la cámara y me grabas bajando, que dame, que la suelta demasiado pronto y se me resbala, que la veo caer al suelo como a cámara lenta, que nos quedamos sin respirar viendo cómo la puñetera cobra vida propia y salta, y salta otra vez, y que inicia un descenso rápido y seguro de la chimeta , ella sola la tía, por su cuenta y riesgo, que al final de diez o doce metros de caída y saltos libres se detiene en una grietecita, que el Antonio to emocionao dice que como funcione se compra dos como ésa (la cámara en cuestión es del Patxi, una Panasonic TZ 20 y entre él y yo los que hemos provocado el viaje al infinito de la misma) que bajo a buscarla to blanco y angustiao, que la recojo, que la enciendo, que la chapita donde se aloja la batería está abierta, que no sé cerrarla, que la enciendo, que FUNCIONA, que filmo, que el Antonio se va a tené que comprar dos cámaras, por hablar y desconfiar del pedazo máquina que tiene el Patxi, que pabajo y que cuando vemos la bajada que hemos hecho, ni nos lo podemos creer, gracias a la aventura en solitario de la cámara del Patxi. Bueno Antonio, buscaremos alguna oferta por internete y ya vemos lo de la compra.

Y además, pues, que a seguir bajando, que mires otra vez a ver si hay paso Antonio, que parece que sí, pero claro, para las cabras, que pa nosotros es mucho decir, pero que como lo de la cámara aún nos tiene conmocionados, pues a seguir culeando,  sorteando bloques, agarrándote a aristas minúsculas, que mira si al final tenemos que volver a subir, que no, que el Antonio sigue pabajo, que mis pantalones se vuelven a romper, están ya más remendados que los de un cabrero, que otro tironcito, que parece que lo conseguimos y que al final, por supuesto, que llegamos abajo, sanos, salvos y con unos kilitos de menos por lo sudado y padecido durante la larga y fatigosa jornada.
Jornada que aún no había acabado ya que al pasar por el lado del cerro del Águila, pues que vamos a echarle un vistazo y así vemos una panorámica de la hazaña realizada, así que parriba de nuevo y pabajo rapidito que al final la noche se nos echó encima antes de llegar al coche y que raudo y veloz nos llevaría a nuestro pueblete a recuperar sales, proteínas y energías gastadas.
Sin más y hasta la siguiente ruta y como siempre:

SALUD Y FALSOS LLANOS.