Bien, así y todo no cambiaría el día por uno de esos de sofá, tele, comida, cubatas...
Después del incidente nos hemos hecho propósitos no de enmienda, sino de lograr éxitos y metas aún mayores y difíciles. La prueba de mis palabras son las ganas que le echamos a la ruta, en la que una bicicleta ni frenaba ni se controlaba bien y otra como la foto demuestra, tenía una rueda a punto de reventar desde los inicios de la ruta. ¿Nos quitó las ganas de seguir el estado físico del material? En absoluto, de manera valiente y poco sensata, decidimos continuar aunque acabáramos andando y de noche. Acabamos de noche y en el hospital. Pero ¡viva la libertad! Libertad para hacer lo que nos venga en gana y disfrutar hasta con las adversidades.
Os lo recomiendo: apartaos de nosotros las personas sensatas, amantes de la comodidad y las comidas de restaurantes y de llegar a casa a una hora fija. Eso no lo garantizamos nunca.
Desde aquí un saludo y un fuerte abrazo a nuestro compañero lesionado y a todos-as los inconscientes que siguen saliendo con nosotros.









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