sábado, 5 de marzo de 2016

EXPLORACIÓN INTEGRAL PEÑA DE LOS ENAMORADOS-05.03.2016




Llevaba ya mi compañero Antonio mucho tiempo, demasiado, queriendo explorar íntegramente la Peña del Indio (878 m) o Peña de los Enamorados como nos recuerda el IGN. Tiempo ha que después de subir al pico Cabras que está enfrente, hicimos el doblete de subir a esta bella peña, pero claro, una cosa es hacer cumbre y otra explorarla a lo bestia, así que no eran las 10:50 horas, cuando salíamos con nuestras mochilas de la base, junto a las vías del tren y a disponernos a cruzarlas rápidamente para evitar tanto el peligro del paso del tren como la prohibición que hay de cruzar o circular por dichas vías. Localizada una pista de tierra, de seguro de una antigua cantera existente, pues a seguirla e investigar por las ruinas de dicha cantera, antes de disponernos a subir la primera de las enormes pendientes que nos esperaban hoy.
Pensábamos recorrer la peña haciendo un circular en sentido contrario a las agujas del reloj, así que sin mapa ni ná, a mirar hacia arriba, a resoplar un poco y alcanzar la primera crestita del día. Como la tarea de hoy no era tampoco enorme, a la primera que vimos algunos espárragos, pues que a ir cogiéndolo e ir reuniendo a lo largo del día un buen manojo, que al final nos repartimos el Antonio y el que escribe y con los que se hicieron hasta tres enormes tortillas exquisitas. Pero eso es otro tema, entre espárrago y espárrago, pues ir subiendo por la cresta exterior oeste, con unas vistas magníficas, día precioso, frío y soleado, asomarnos a todas y cada una de las grietas existentes, y coronar en un llanito por donde localizamos otra forma de entrar en nuestra peña algo más suave de la que estábamos haciendo. A mirar parriba de nuevo, a distinguir unas roquitas fantásticas y medio trepando o reptando a cuatro patas a veces, terminar coronando un balcón inigualable, con azulejito de virgen incluido y primera naranjita del día. A esto, escuchar voces en la cumbre, la teníamos justamente encima, al final de un cortado vertiginoso e insalvable, y averiguar lo que parecía un grupo de chiquillos. Nosotros a lo nuestro, a bajar hasta una pequeña plataforma, rodearla e investigarla y observar que por esta cara la peña es impracticable, tan solo para escaladores, así que a descender un poquitín, dar un pequeño rodeo en sentido del reloj, y encontrar la subida a nuestro querido peñón. Justamente al comienzo de la fortísima pendiente que nos dejaría en un puertecillo antesala de la cumbre, un grupo de chiquillos, guiados por su maestro, bajaban alegremente, felices y contentos y nosotros pensando un poco en la locura de meter un grupo de niños en una peña como ésta, tan agreste, dura y vertiginosa???...



Parriba a lo bestia, el senderillo debido a la pendiente no existe y llegar jadeando a nuestra pequeña plataforma de impulso hasta la cumbre. A partir de aquí es muy fácil si te acuerdas de mirar hacia el vértice que se ve estupendamente y comienzas a subir lo más recto posible hacia él, nosotros sin mirar y confiados pues nos desviamos un poco hacia nuestra izquierda, hasta dar sin querer con una cordada que viene de un poco más abajo y que enlaza con la cumbre, pero claro, hay que pagar el peaje que tanto nos gusta de ir saltando de roca en roca, de rocota en rocota y no tener miedo al vacío que tienes a ambos lados y para colmo pensando que los chiquillos habían estado por aquí cerca unos momentos antes y el miedo que no sientes por ti, sentirlo por ellos, así que hasta que no llegamos al vértice no se nos fueron de la mente, cada vez que teníamos que hacer un saltito comprometido.
Comida en la hermosa cumbre, toa entera pa nosotros y a bajar siguiendo nuestro circular, desviándonos un poquitín hacia un piquito que a nuestro Antonio cualquiera se lo niega. Continuar bajando por la cordada que nos hizo pasar algún mal rato un poco antes, hasta que se hizo impracticable y decidimos bajar por nuestra derecha según descendíamos. Habíamos visto un poco antes un rebaño de monteses enormes, todo hembras y crías y hete aquí, que en un llano sembrado de la Casilla de la Peña (ver IGN), abajo del todo y cerquita de un rebaño de ovejas, un grupo de ocho monteses machos, pastaban tan tranquilos los tíos, como si nada, el mundo al revés vamos…
Bueno, tan solo nos quedaba volver a las vías, volver a atravesarlas rápidamente y volvernos con nuestro vehículo, rápidos y veloces a algún baretillo de esos que nos ayudan a rehidratarnos convenientemente.

Sin más y hasta la próxima:

SALUD Y FALSOS LLANOS.

3 comentarios:

  1. Cuantas han sido las veces que pasando bajo esa peña, hemos pensado que algún día habrá que subirla... pero nunca nos paramos... siempre continuamos la marcha automovilística dejándola a un lado.
    Nada, que habrá que decidirse algún día. Gracias por el reportaje.

    ResponderEliminar
  2. Como siempre Franeto muchas gracias por tu comentario. Y si necesitas el track, no tienes nada más que pedírmelo. Últimamente no pongo nada en wikiloc, hay quién no sabe estudiar un track y se mete en problemas y otros que ponen tracks muchas veces repetidos, habría que reformar dicha página, siendo como es la mejor que existe hasta ahora en su categoría...

    Por cierto, el Jueves 24 de Marzo, estando en la Palmosa, vi un tándem en el aparcamiento. Llevaba a un grupo de primos míos al Picacho, y hete aquí que cuando leo que habéis estado allí, pienso si no seríais vosotros los del tándem. Hasta que no lo he leído no he caído en vosotros...desde luego está el destino que no coincidamos o que coincidiendo no sepamos quiénes somos...
    Un abrazo.

    ResponderEliminar
  3. No éramos nosotros, pues fuimos el domingo 10.
    Pronto iremos a la vía verde del aceite en tándem.
    Un saludo.

    ResponderEliminar