lunes, 1 de noviembre de 2010

CICLANDO POR LA VÍA VERDE DE LA SIERRA - 01.11.2010



Si, no tengo más remedio que felicitar esta vez ar Migué, ha acertado tanto en el día, soleado y muy agradable, como en el sitio donde comer, lo que es del césar ahí queda.
Pues bien, dejando el tema, que no es cuestión de que ar Migué se le suba la autoestima, de la que está sobrao, deciros que a las 9:15 , en lugar de a las 9:00, como habíamos quedado, por culpa del Mig..., pues poníamos rumbo hacia Puerto Serrano, con las bicis dentro de los coches y al llegar a la primera estación reconstruida de la Vía Verde de la Sierra, aparcábamos los mismos. Comentaros que esta vía estaba llamada a convertirse en el Ferrocarril de la Sierra, entre Jerez de la Frontera y Almargen, a principios del siglo XX. Comenzaron las obras bajo el mando del jerezano Primo de Rivera, pero la llegada de la Guerra Civil paralizó este vasto proyecto inicial de 119 km. Acabada la contienda, nunca se llegaron a retomar de nuevo las obras, con lo que abandonado a su suerte lo hecho hasta entonces, camino y túneles, quedaron a merced de las circunstancias. No ha sido hasta hace pocos años, cuando gracias al Programa Vías Verdes y la cooperación de algunos ayuntamientos, diputaciones, Fundación Ferrocarriles Españoles, Junta de Andalucía y Ministerio de Medio Ambiente, se ha comenzado a rehabilitar la vía original desde Puerto Serrano a Olvera, obteniendo los 37 km preparados, una acogida popular extraordinaria, la prueba: los numerosísimos grupos de ciclistas y senderistas con los que nos cruzamos durante el trayecto.
Bueno, como decía, el aparcamiento estaba a rebosar de familias enteras dispuestas a pasar el día ciclando o andando con todos sus miembros y nosotros pues no íbamos a ser menos, nos montamos en nuestras pedazos de máquinas y a rodar. El firme de la pista, magnífico y en suave cuesta arriba, nos ayudó en el calentamiento inicial y casi sin darnos cuenta llegamos a la estación de Coripe, igualmente a rebosar de gente. Hubo quién tan emocianado iba que se pasó la estación y ni nos esperó ni ná pa desayunar (el Pep...). Al poco nos tropezamos con la joya del día: el Peñón de Zaframagón, con su magnífica y poblada colonia de buitres leonados, observados por circuito cerrado de televisión y cuya cumbre estos falsos llanos, tiempo ha que la sufrieron y gozaron a la vez. Decir también que de manera casi continua se van sucediendo numerosos túneles perfectamente conservados y acondicionados hoy día con luz artificial, pero donde a veces hay que encender las linternas cuando las luces están averiadas, dando un puntito de emoción cuando hay charcos y vienen de frente otras bicicletas que no has visto. Bueno la llegada a la estación de Olvera, después de 37 km de ruta se nos quedó corta, pues ya sabéis que estos falsos llanos estamos últimamente en plena forma, que nos salimos vamos. Aquí nos esperaba una comida propia de finos paladares y con nombres rimbombantes que a este cronista sorprendió ya que iba predispuesto a comerse unas migas con chorizo y huevos fritos y he aquí que se tuvo que conformar con unos esparraguitos revueltos con jamón y fuá, cogollos de Navarra con ventresca de atún y aceite virgen, presa ibérica con salsa de setas, nata y finas hierbas, queso fundido con guarnición de verduras frescas, queso viejo y por supuesto todo ello regado con un tinto de Arcos de la Frontera, con 15 grados, del que cayeron tres ejemplares, más el postre y los cafeses y los puros no porque no fumamos, que si no también caen. Claro un festín así no dura una horita que es lo normal, no, duró algo así como dos horas y cuarto, por lo que más contentos que unas pascuas, cogimos las máquinas, o fueron ellas las que nos cogieron, no recuerdo, y como la vuelta era cómoda, fácil y cuesta abajo, pues eso, dejar hacer solas a las bicis, que lo hacían mejor que nosotros y menos mal que no nos hicieron soplar, que si no, nos confiscan las burras, Pues nada, se nos hizo de noche casi antes de llegar a los coches, como era de esperar y caminito pa Sevilla.

Ya en destino lo de siempre, los de siempre se marcharon y los de siempre nos quedamos en la tasca de siempre a beber abundante cerveza para reponer sales minerales perdidas como siempre.

Y como siempre os vuelvo a aconsejar que nos os perdáis ninguna de nuestras rutas, sean andando por la sierra o ciclando por esos caminos de dios, porque la emoción y las sorpresas están garantizadas como siempre.

Como siempre salud y falsos llanos.



COMENTARIOS A LA ENTRADA:

Agradecer a los componentes de los “falsos llanos”, que realizamos el pasado lunes 1/11/10 la travesía de la ribera del Guadalete – que no…. ribera del Duero, tierra de buen vino – el día tan estupendo que pasamos juntos. Mejor no pudo salir, sol otoñal, temperatura suave, ligera brisa serrana, campos verdes, rio con bastante caudal y mucha gente “güena” por el camino. Congratularme, de que además del esfuerzo realizado con la bici, la gozada de los paisajes vistos, el buen yantar zampado; destacar y agradecer la acogida y trato recibido. Por último reseñar la astucia de los dos leñeros que siempre iban escapados, y la anécdota de los dos rezagados, que por poco la “mojan” en el último puente antes de llegar al destino en el crepúsculo del atardecer.

Juan Maqueda.

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